miércoles, 31 de diciembre de 2014

EL AÑO QUE SE VA



El año que se va
tiene las piernas rotas,
un pañuelo en la boca
y las manos atadas por detrás.
Lo van a ejecutar en pocas horas
con doce campanadas.

Quien venga en su lugar
podría ser el mismo que se marcha,
pintándose la cara,
cambiando su disfraz
a la velocidad de las palabras.

El año que se va 
tiene las piernas rotas,
la vida sigue igual:
aprendemos del fuego
el vaivén de sus lenguas habladoras.
Pero todo está adentro:
crepitan como estrellas las neuronas,
la biblioteca de los pensamientos.


Ricardo García Nieto

martes, 30 de diciembre de 2014

LA DISYUNTIVA DEL BALCÓN



Cuando Poncio Pilatos se quedó a solas con Jesús, se acercó al balcón y dijo:
-Quieren tu muerte. Y la quieren ya.
La multitud comenzaba a agolparse frente a la fachada del palacio.
-Y no lo voy a poder evitar –prosiguió- a no ser que me dejes ayudarte, profeta.
-No está en tu mano –respondió-. Ni siquiera en las mías.
-¿De quién depende, entonces, tu vida? –gritó-. ¿Es que no lo entiendes? Ni Herodes ni Caifás van a ayudarte. Esas serpientes quieren deshacerte de ti. Y me han tendido una trampa para que sea yo el brazo que te ejecute.
-Haz lo que tengas que hacer.
Pilatos se asomó al balcón y la multitud calló, sorprendida, como si acabase de ver a un monstruo. Volvió al salón y caminó de un lado a otro, acariciándose el pómulo con la yema de un dedo.
-No tengo nada contra ti, profeta, tus manos están limpias de sangre, no has vulnerado ninguna ley romana; sólo eres un miserable y altivo loco –volvió a acariciarse el pómulo-… Es más, tus prédicas absurdas sobre amar al enemigo me hubieran sido útiles en este desierto de hienas rebeldes. Y aún podrían serlo… Sal ahí –señaló el balcón- y retráctate, vociférale a la chusma que no eres el rey de los judíos, sino el de la paz, el amor, qué sé yo, suéltales una de esas frases enigmáticas tuyas que nadie entiende, y diles que te vas de Galilea –se movía con ansiedad, haciendo círculos alrededor del reo, como si describiera una órbita sobre un planeta-. Estoy dispuesto a sacarte de aquí, a darte mi plata para que empieces en otro lugar, a que te escolten mis soldados, a lo que sea con tal de no doblar mi rodilla ante Caifás… Dame tiempo para que mueva mis hilos… Y vuelve dentro de unos meses con tu doctrina sobre poner la otra mejilla, con tu ejército de enfermos, putas y tullidos. Salvarás tu vida y apaciguaré Judea.
-No soy un político –replicó.
-¡Lo eres, iluso! –gritó el prefecto-. Lo es tu dios único y tus harapos; lo son mis dioses y mis estandartes. ¡Yo lo soy! ¿Quién te crees que sube los impuestos, quién el que somete a los pueblos, quién el que usa la espada y arroja cuerpos a las mazmorras, quién el que te hace creer que el mundo es así o de otra manera, el que te lleva y te trae, el que decide que las cosas son como son? Tienes que elegir: o sales a este balcón y sigues haciendo política con tu vida o te crucifico y otros serán los que hagan política con tu muerte.
-¿Ves el futuro? ¿Quién es más profeta de los dos?
-Veo las leyes de la naturaleza de los hombres. Veo la oportunidad y el poder. Veo lo necesario. Así somos los romanos. Así es el Imperio.
-Desventurados los que no ambicionáis la verdad que está más allá de la política.
-No me vengas con más estupideces. ¿Sales o no?
-Soy más libre que tú. Soy el que se escucha. Los políticos sois esclavos de vuestro poder.
-Al contrario, cadáver, somos libres porque decidimos por vosotros.
-Un niño embebido en sus juegos –replicó Jesús- es más fuerte que un imperio.
-Te va a doler, predicador, mucho más de lo que imaginas. Y créeme que lo siento.
El prefecto de Judea llamó a Longinos, su tribuno, se echó en su triclinio a beber de una copa, y los acontecimientos se precipitaron lo mismo que el vino en su garganta.

Ricardo García Nieto

viernes, 26 de diciembre de 2014

EL ECLIPSE VENCIDO

Las figuras crecen con la distancia. Cuando se acercan, se hacen más pequeñas.
De lejos, se las idealiza. Proyectamos sobre ellas nuestras propias almas: lo mejor que tenemos.
Muertos y exiliados nos sirven como pantallas sobre las que arrojar nuestra película. Seres lejanos a los que sólo se puede llegar por ficción.
Es lo que nos pasa cuando nos hemos alejado de quienes fuimos.
Reconstruirnos es lo mismo que rescatarnos.
Sobre todo de esas fuerzas que jamás controlaremos.
¿Sabía la reina de Saba que era un instrumento? ¿Lo supo el héroe que venció al dragón?  ¿Hasta qué punto fue consciente de su destino el príncipe, el mago o el mendigo? ¿Enteramente conoció las consecuencias de sus actos quien fuera crucificado por voluntad de su padre?
Perdimos la sabiduría precisamente para encontrarla. El conocimiento nos ha llevado a la ignorancia de los sapos. Hemos de volver al origen, a la inocencia de las golondrinas.
Como sociedad y como individuos, hemos abierto ventanas que debemos cerrar. Ese es el deseo. El anhelo primordial que debiera acompañarnos en el nuevo año.
La larga noche ha de quedarse reducida a la sombra que se agarra a nuestros tobillos. No la perdamos de vista. Es nuestro vencido eclipse.

Ricardo García Nieto

miércoles, 26 de noviembre de 2014

CÉLULAS

¿Qué piensa un gobernante totalitario cuando empobrece a su pueblo? Puede que algo así:

“¡Qué insensatez! ¿Por qué voy a sentirme culpable de de los suicidados, parados y desahuciados por la crisis económica? Cada hombre es una célula del organismo del Estado. Y hay células que tienen que morir. Si este despacho ardiera y tuviéramos que salir corriendo, ¿qué ocurriría con nuestros cuerpos? Nuestras glándulas suprarrenales llenarían de adrenalina la sangre y nuestros músculos se contraerían más intensa y rápidamente: morirían millones de células, morirían millones de mínimas vidas. Serían el precio a pagar por no terminar asfixiados por el humo o quemados por el fuego. Todo estaría dentro de un orden natural. ¿Sentiríamos remordimientos de conciencia por las células muertas en nuestro intento por sobrevivir? ¿Seríamos culpables de un exterminio celular?”

Escribí este texto hace doce años, intentando mostrar la psicopatía del pensamiento nazi. Sólo le he cambiado las dos primeras líneas. Y me asombra lo verosímil que resultaría en la mente de quienes hoy sumen en la pobreza a su pueblo para salvar las cifras macroeconómicas.

Cuando la economía –suelo insistir en ello- se convierte en teología, se impone una forma de pensar y de vivir desde antes de que se nace hasta después de que se muere. Como en cualquier religión.

Ricardo García Nieto.

lunes, 24 de noviembre de 2014

SOMOS ECOS


Somos ecos; pero no vienen de afuera.







Diecinueve poemas y una traducción, 
Ediciones Alfar, 2012.

domingo, 23 de noviembre de 2014

EL FUEGO

Hay una cerilla que debe ser encendida dentro de cada uno. Raspa la fibra más honda y produce un fuego que convierte a cada cual en portador de su luz. Ilumina a la par que se quema; vierte su verdad al tiempo que se extingue. Alumbra su propio camino. Y quizá el de otros. Se completa ardiendo, lo mismo que el sol, más allá de sí.
Quien se prende se deshabita. Coincido con Christian Bobin cuando escribió: “no sé si me gustaría vivir con alguien como yo. Creo que no. Gracias a Dios, no vivo conmigo.”
Lo esperanzador de una vida que se consume es cuando se consuma. Al final, la llama se separa de los cuerpos pero no se apaga. Flamea en lo invisible.

Ricardo García Nieto.



domingo, 16 de noviembre de 2014

HAY UNA ESTRELLA QUE CAE

Cada vez que piensas, estás tejiendo algo que puede sanarte o enfermarte. Los pensamientos son como plantas: las hay curativas y las hay venenosas. Urge tener muy claro que la mente no es el alma. Los guaraníes de Uruguay decían que el alma es el sol que está adentro. Me fascina esta metáfora. Creo que somos como estrellas errantes de cuerpo en cuerpo. Lo triste son las estrellas que caen. En las oligarquías de hoy, por ejemplo, se impone una visión del mundo para que el individuo no deje de moverse ni física ni mentalmente. El mensaje subliminal es obvio: “olvídate de ti mismo para ser otro”. O lo que es lo mismo: “compite, obedece y muérete”.
Ese sol interior es, entonces, como una estrella que cae. Una oportunidad perdida en el ancho páramo de la eternidad.
Hay que estar atentos: aquello que no vemos en política es lo que va a condicionar nuestras vidas; aquello que no vemos dentro de nosotros es lo que puede redimirnos.
Sé que en este mismo instante hay una estrella que cae. Pero me fijo en algo que también dijeron los guaraníes cuando vieron por primera vez el papel:
-Es la piel de Dios.
-¿Por qué?
-Porque podemos enviar mensajes con él.
Jamás hemos dispuesto de tantos medios para enviar mensajes. Jamás hemos sido tan necesarios para que las estrellas no pierdan su rumbo.


Ricardo García Nieto.

lunes, 10 de noviembre de 2014

NO SÉ ADÓNDE VOY

No sé adónde voy; pero voy. Y ya no tengo prisa. Oigo el zumbido de las avispas y el discurso de los políticos. De cuando en cuando, alguna de estas especies te pica y sientes el minúsculo aguijón de la realidad: el dolor como un cuento, la ira como un resorte, la tristeza como un traje a tu medida.
Poner la televisión es una forma de desahuciar tu corazón. Cualquiera diría que Dios ha torcido su mirada para no ver su propia creación. Podemos hacer lo mismo. O ver donde nada se ve.
Escribo como si me diera un paseo. No hay forma de escapar de la soledad o la enfermedad. Pero puedes evadirte contemplando el afán de los insectos, el coqueteo de los gatos o el disimulo sin fin de un buen roble. Cualquier encuentro es una oportunidad para hablar con un ángel. No tuercen su mirada hacia ningún teléfono móvil.
No sé adónde voy. Pero voy. Sin tener que salir de esta cuartilla.


Ricardo García Nieto.

lunes, 3 de noviembre de 2014

ALGO SOBRE EL OLVIDO


El olvido es un enterrador al servicio de la necesidad. Ella le señala los cadáveres que han de sepultarse: afrentas, amores, fracasos, odios… Todos en el cementerio de nuestra conciencia bajo una lápida sin nombre.
Pareciera que el olvido nunca está de vacaciones para que no se nos quiebre definitivamente el espíritu.

Sin embargo, este gran enterrador de la historia personal suele fracasar en las fosas de la vida social, del organismo colectivo. Lo que parece enterrado sale a la superficie el día menos pensado. Un pueblo puede soportarlo todo; pero tarde o temprano exigirá justicia. De ahí que las transiciones de un régimen político a otro sean como paréntesis tras los que se purga la deshumanización por vía judicial o revolucionaria. Quienes se creen impunes no consiguen que el olvido haga su trabajo, simplemente distraen a la masa. Fueron tan estúpidos que se comieron el poder otorgado y vivieron en una satisfacción que aparentemente parecía perpetua.

En un plano más elevado, Borges escribió:

“Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios que salva el metal salva la escoria
y cifra en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.”

Puede que nuestra parte divina sea capaz de recordarlo todo tras la muerte. ¡Quién sabe! Quizá, como en una película, venga a nuestra memoria cada detalle de nuestras vidas y salgan de nuestros sepulcros personales los traumas escondidos y comprendamos el porqué de aquellos complejos, depresiones, adicciones o frenesíes. Vaya, vaya… Fue por aquello… ¿Ha de ser así nuestro juicio final, el infierno o paraíso que nos merecemos?
No lo sabremos hasta que llegue esa hora.

Mientras tanto, los corruptos desfilan en los medios de comunicación. El olvido les puso una zancadilla. Son como hormigas en busca de su propia salvación.


Ricardo García Nieto.





sábado, 18 de octubre de 2014

EL EFECTO BELLARMINO

Durante el juicio a Galileo, el Cardenal Bellarmino advirtió: afirmar que la Tierra da vueltas alrededor del Sol es tan falso como decir que Jesús no nació de una virgen.
Este modo de reflexión ha llegado hasta nuestros días en política.  Hoy, desde la nueva teología del dinero, Bellarmino diría: afirmar que el estado del bienestar es sostenible es tan falso como decir que las naciones pueden recuperar su autonomía financiera.
Se trata de argumentos basados en la creencia, no en la razón: “es lo que hay; no puede ser de otra manera”. Se nos dice que se nos ha salvado y se nos conduce a una nueva y necesaria calamidad. Y tal creencia ha arraigado tanto en nuestro interior que vemos cotidianamente el abuso, la injusticia o el robo y nos parece lo más normal del mundo.
No voy a enumerar aquí ni la cantidad ni magnitud de los desastres provocados por nuestros pastores políticos. Lo que me interesa es la acomodación de la masa al castigo. Se nos ha adiestrado para vivir como si nada hubiera pasado. Los individuos se han convertido en espejos: se miran y se reflejan desde el sometimiento a la frivolidad de unos pocos.
-Uy, pero si tú estás peor que yo.
-¡Que le vamos a hacer! Es lo que hay –se dicen-; no puede ser de otra manera.
Y vuelven a sus afanes lo mismo que la rana a su charca o los gatos a sus ratones.
Asentada en la creencia, la gente se acostumbra a vivir de milagro y termina discutiendo sobre los servicios mínimos de ángeles, santos o espíritus benefactores. Los políticos lo saben muy bien y tienden a aparecerse como vírgenes en un descampado para ofrecernos alguna golosina electoral. Y la tomamos.
El siglo XXI está vaciando de valores y razones a los seres humanos. ¿Resistirá en nosotros la sed de justicia?
Me parece que somos demasiado listos para ser inteligentes.



Ricardo García Nieto.

viernes, 10 de octubre de 2014

ÉBOLA, PERO EN SUS ALMAS



Quienes culpan a Teresa Romero de que el Ébola entrara en su cuerpo también tienen el Ébola, pero en sus almas.
Arriesgó su vida por otras vidas. Pertenece a ese grupo de seres humanos que son imprescindibles. Y ahora, contagiada, aislada y sin poder defenderse, la criminalizan.
El último parapeto de los miserables morales es el enfermo cuando no el cadáver.

Ricardo García Nieto







lunes, 29 de septiembre de 2014

SALIR DEL TIEMPO TERRESTRE

El tiempo pudiera no ser más que la apariencia de un permanente movimiento, la ilusión de unas mutaciones periódicas.
Salir del tiempo terrestre sería abandonar un teatro de cuerpos que van envejeciendo y en el que los cambios sociales son superficiales: siempre mandaron los mismos.
Para huir de la podredumbre hay que asemejarse a lo eterno. Y en esto la muerte iguala a todos los seres humanos.
Entretanto, la pulga se disfraza de león para parecerse al depredador perfecto. Y la presa ideal no es otra cosa que una glotona de miedos y tristezas.
Nos han enseñado a hacernos trampas para no vivir en plenitud. Los profesores del miedo siguen siendo quienes vendieron su alma por una palmadita en la espalda.
Plotino decía que el alma puede separarse del cuerpo concentrándose en sí misma. Nunca lo conseguí. Ni albergo la esperanza de lograrlo en vida. Pero sé que en mi tránsito al más allá se producirá ese milagro.
Bendigo a quienes, de corazón, me deseen una buena muerte, un irme a mi hora y con conciencia, un conocerme, por fin, más allá del aspecto, las ideas o las emociones que me sujetan al mundo.
De momento, escribo.

Mi sombra juega conmigo
a perder el equilibrio,
a volcarse en los manteles
y las hojas de los libros.
Anochece en la cuartilla
y busco su precipicio,
por donde ruedan las rimas
asonantes del suicidio.
He de vivir otro día
y otra vida y otro ciclo
para que juegue a perder
mi sombra siempre conmigo.


Ricardo García Nieto

CUANDO UN PAÍS ASÍ




Cuando un país cansado, calladamente ardiendo,
se mira en el espejo de unos pocos políticos
y se cree que es más digno, ferozmente más bueno,
legislando en caliente para echar a los mismos,
los míseros de siempre,
cuando un país así, alegremente enfermo,
amontona con mimo unos cuantos escrúpulos
para prenderles fuego y sentirse correcto,
correcto hasta zafarse de su pulso,
de su antigua adicción a lo hermoso y lo justo,
cuando un país así de oscuro y sonriente
hace suyas las leyes,
las leyes de la usura, y salta y se contenta
como si fuese un perro adiestrado en la pena,
un esclavo feliz cuyos músculos ladran,
cuando un país faldero se queda sin su falda,
se duerme y no despierta.
Vislumbras su destino y cómo se le escapa.


Ricardo García Nieto

sábado, 27 de septiembre de 2014

RECORDAR LO QUE NOS MERECEMOS

En el libro décimo de “La república”, Platón advierte que elegimos, antes de nacer, el modo de vida que vamos a tener en nuestro periplo por el mundo. Así se expresaba la virgen Láquesis, hija de la Necesidad: “Almas pasajeras, vais a empezar nueva carrera y entrar en un cuerpo mortal. No se os escogerá una condición determinada; cada una de vosotras escogerá la suya… Cada una es responsable de su elección”.
Quienes aspiran a recordar lo que merecen, tal vez debieran tener en cuenta lo que eligieron. Y no sólo antes de nacer, sino a cada instante.
Entendiendo bien el texto, no se niega la libertad del individuo. El determinismo se limitaría a un género de vida, un escenario en el que movernos, y no a cada acontecimiento que padecemos, pues como en el mismo libro se señala: “convencidos de que nuestra alma es inmortal y de que por su naturaleza es capaz de todos los bienes como de todos los males, seguiremos siempre por el camino que lleva a lo alto”. Y ese camino no es otro que el de hacer lo justo y lo bueno. Tengo el convencimiento de que al equivocarnos, al salirnos de ese camino, nos viene el sufrimiento, que no es otra cosa que una manera de aprender. Quizá la única manera.
Aunque vivamos en el país del caiga quien caiga, lo que merecemos no es aprovechar la oportunidad a cualquier precio, no es arrancarse los escrúpulos del corazón y generar dolor, romper familias, empujar a la miseria a cuantos se interpongan en nuestra ambición personal… Yo, que me he equivocado tantas veces, creo que lo mejor que nos merecemos es actuar con honradez.
En este mismo diálogo platónico, podemos leer: “Laquesis dio a cada alma un genio (daímon) para que le sirviese de guardián en su vida mortal y le ayudase a cumplir su destino”. Este daímon pasó a la tradición cristiana como “ángel de la guarda”.
Puede que el problema de nuestro tiempo sea que hablamos demasiado con los fantasmas de nuestra imaginación en vez de hacerlo con el ángel que debería acompañarnos. Puede que nos creamos en posesión de la verdad cuando sólo tenemos expectativas egoístas. Da igual. Al final, nos veremos abocados a nuestro destino por mucho que nos duela. Desde antes de nacer o en cualquier momento de nuestra existencia.

Recordamos lo que hemos olvidado cuando es preciso, de la misma manera que la ballena sube a la superficie del mar para respirar.
Tomamos aire para renacer y encontrarnos con nuestra sagrada forma de estar vivos.
Todos los días resucitamos.


Ricardo García Nieto

lunes, 22 de septiembre de 2014

EL REGRESO

El búho dijo adiós, voló unos meses hacia atrás en el tiempo y descubrió que era dichoso allí donde creía no serlo. Lo mismo le sucedió al hombre que separó de la muerte todo cuanto miraba.
Las aves migratorias, las manadas de antílopes, las tortugas, los cachalotes… Regresan a casa tras una larga travesía. Quizá remontan el tiempo sin saberlo.
Quienes consideran su vida un viaje sin retorno se adentran en un callejón sin salida.


Ricardo García Nieto

sábado, 6 de septiembre de 2014

VENCIDOS

Vivo en un mundo donde Dios deja de respirar de vez en cuando. En tales ocasiones, los indolentes se asoman por televisiones y periódicos para hablarnos con fraudulenta sabiduría. Se niegan a soltar esa presa que somos todos nosotros.
Como es adentro es afuera. Y la ceguera colectiva no es más que un eco de la personal. Escribo para hacer una grieta por donde atisbar un mundo mejor. Pero es inútil. Mis ojos han aprendido demasiado tarde lo que jamás querrían ver.
El hombre eterno ha sido vencido por el consumidor de emociones y objetos.



Ricardo García Nieto

jueves, 21 de agosto de 2014

DONDE NO HAY NADIE

Hay muchos meses de retraso entre la libertad otorgada (lo que creemos elegir) y la planificación psicológica (lo que se nos ha condicionado a hacer). Para eso están los estrategas de los gobiernos (dos partidos que se alternan) y los medios de comunicación de masas. Todos en una obra de ingeniería social.

Antonio Blay decía: “Incluso cuando estamos pensando del modo más racional no nos damos cuenta de que las ideas que estamos manejando no son nuestras, sino que la mayoría de las veces nos estamos apoyando en ideas de otros.” Para Blay, lo que hacemos es mezclar ideas ajenas con propias, poniendo al final la patente de propiedad.

En este sentido, cualquier tertulia televisiva, cualquier soflama de un periodista a sueldo o mitin político es un bufé libre de ideas puestas a disposición de nuestro inconsciente. ¿Estás dispuesto a creerte que estaban en tu naturaleza?
Sólo una labor introspectiva en nuestro psiquismo puede dar con lo verdaderamente nuestro. El otro, el inquilino olvidado de nuestro interior, sabe más que nosotros. Y aguarda el encuentro desde siempre.

José Lezama Lima le replicó al padre Ángel Gaztelu:
—De acuerdo, de acuerdo. Hay infierno. Pero he aquí lo que sucede: ¡está deshabitado! No hay nadie en el infierno y quizá nunca ha habido nadie.

Sin pretenderlo, Lezama dio con la más terrible definición de infierno: un lugar donde no hay nadie… Ni siquiera el viajero de tu interior.



Ricardo García Nieto

PARA ADIESTRAR AL HOMBRE

La gloria es un lugar apolillado.
Y hacerse de notar, lo más ficticio.
En el poder jamás existe el prójimo.
Y en la abundancia siempre hay escasez
de entendimiento y alma.

Para adiestrar al hombre,
sólo hay que darle el pan de su neurosis.
Verá lo que no existe, soñará
con la gloria, el poder y la abundancia.



Ricardo García Nieto

LA ÚLTIMA CONVERSACIÓN

Intento evadirme e imagino la última conversación de un capitán antes de que su barco (cualquiera me vale) se rompa contra un arrecife y se vaya a pique. Digamos que había ordenado un cambio de rumbo y se había quedado mirando, desde el puente, la negrura del mar, como si la leyera:

-¿Se encuentra bien, señor? –preguntó el segundo de a bordo.
-Ojalá todo fuera tan fácil como hacer su pregunta o responderla.
-Sabe que me tiene para lo que precise –aseveró el segundo.
-¡Qué fácil sería! –exclamó el capitán.
-¿El qué, señor?
-Resolver la vida de una forma limpia y rápida –abrió el guardapolvos de su reloj de bolsillo y miró una foto de mujer que había en su interior-… Ponerse en la trayectoria de una bala destinada a quien más ames, dejar que te atraviesen el corazón en un golpe de fortuna.
El timonel concluyó la maniobra, tres cuartos a estribor, y la tripulación subió y bajó por todos los palos largando trapo. Un viento suave fue hinchando las velas.
-Pero hay que persistir –continuó el capitán-. Aguantar.
-Necesita descanso, señor, permítame aconsejarle que...
-Guárdese sus consejos.

La secuencia siguiente puede ser intuida por cualquiera.
Pero nuestro personaje podría ser el paciente de un psiquiátrico, jugando con la maqueta de un bergantín; un estadista o cualquier hombre de rebaño soñando antes de levantarse, lavarse el cerebro y sonreír ante el espejo para creerse feliz.



Ricardo García Nieto

miércoles, 25 de junio de 2014

UN HÉROE SIN MÁSCARA

Hoy me he reencontrado, después de quince años, con uno de los pensadores más sugerentes que he conocido. Se llama José Alfredo González Celdrán y es una eminencia en enteogenia. El término deriva del griego: éntheos (νθεος), que significa "dios dentro", y génos (γένος), que refiere "origen, nacimiento". En otras palabras: tener a dios (un dios) dentro y nacer (renacer) por ello. José Alfredo ha rastreado, en un trabajo descomunal y sin parangón, los estados alterados de conciencia (trances proféticos, artísticos o místicos), que tienen su origen en la ingesta de plantas sagradas. Disposiciones anímicas que han dado lugar al origen de los mitos clásicos y que han influido en la génesis de muchas religiones.
Su libro “Hombres, dioses y hongos” es una obra capital para cualquier antropólogo que quiera entrever el origen de la cosmovisión occidental. Una obra bien conocida internacionalmente y, en mi opinión, carente de un merecido eco en España. Será porque en los países decadentes se ignora a los mejores, salvo que seas, claro está, de los mejores mediocres. Entonces, hasta pueden hacerte ministro.
Aquí, a los pensadores brillantes se les manosea más que se les atiende. Pero José Alfredo, que siempre supo de esta propensión española a la mezquindad, ha sido más tenaz que las circunstancias. Su labor ha sido heroica.
A veces me pregunto si los mejores llevan adentro un fuego primordial. (Éntheos. Dios dentro). Y si renacen por ello cada día a pesar de los pesares. No hay mudanza para ellos. No hay máscaras. ¿Para qué? Siempre estuvieron solos. Nuestra sociedad tiene un grave problema al dejar que se quemen en la indiferencia. ¿A qué se debe? ¿A que sus obras son tan brillantes que las pupilas políticas y financieras precisan de demasiado tiempo para acostumbrarse a lo que escriben o hacen?
Hoy me he reencontrado, después de quince años, con José Alfredo González Celdrán. Y en él he visto la huella del tiempo que él también habrá apreciado en mí. Hemos hablado de la vista fatigada sobre libros fatigados. Y de la imaginación con sus pies ya no tan ligeros.
Lo he visto y he creído. Puso su mirada en otra vida y, a costa de la suya, ha abierto caminos que nadie intuía. Eso es lo que le hace inmortal.

sábado, 7 de junio de 2014

VIENE A NOSOTROS SU REINO

Amanece. Los hombres de rebaño se levantan de sus camas y se lavan el cerebro para convencerse de que viven en un país justo. Sonríen frente al espejo, intentando parecer felices. Hay estelas en el cielo y amoniaco en los alimentos. Se gana poco, se pagan muchos impuestos, los bancos cobran por cualquier idiotez y se acepta un despotismo gubernamental, que ni siquiera es ilustrado. Mediante la televisión, la mediocridad se ha instalado en cada casa con sus maletas llenas de trofeos deportivos y fotos de la realeza. Allá donde se fije la vista habrá un anuncio publicitario; allá donde se ponga el oído resonará la opinión de un mercenario. Poco que ver u oír. Los ilusionistas y los ilusos están unidos por un yugo invisible: parecen estrellas binarias. Rimas no buscadas.
Pasan las horas sin que la pobreza descanse. Los políticos piden tranquilidad cuando exigen mansedumbre. Y al hacerlo justifican el Mal. Viene a nosotros su reino.


Ricardo García Nieto

viernes, 30 de mayo de 2014

UNA VIEJA FOTOGRAFÍA DE SATURNO

Lo mismo que Saturno, el planeta Tierra tiene sus anillos: miles de satélites artificiales. Escombros de tecnología.
Lo mismo que Saturno, la mente del hombre occidental tiene sus anillos de basura, de pensamiento caótico, de obsesiones e ideas malsanas. Y cada vez ocupando más espacio.
Lo mismo que Saturno, los países de Europa tienen sus anillos económicos de deuda, políticos de corrupción, sociales de desinformación. Anillos que son como cinturones. Cinturones que son como camisas de fuerza.
España hiede. Se ha hecho un gran esfuerzo por erigir la basura en el corazón de los españoles y ha llegado la hora de la putrefacción, que es la primera fase de toda regeneración: el nigredo.
Así denominaban los alquimistas a la primera etapa en la transmutación de la materia. Así llamó Carl Gustav Jung a la primera fase del proceso de individuación: aquella en la que descubrimos nuestra parte más oscura. Una noche negra, más negra que lo negro.
Curiosamente -y en ambos casos-, este periodo está ligado a Saturno.
Cuando todo está podrido en una sociedad es cuando empiezan a verse indicios de vida nueva, distinta: dinámicas de grupo sorprendentes, resultados electorales inesperados y nerviosismo en los personajes más beneficiados por el antiguo régimen . La minúscula esperanza se hace sitio en los vertederos de almas.
Recuerdo a finales del siglo XX cuando cazaba a Saturno con mi telescopio. Recuerdo el entusiasmo de tenerlo ante mis ojos y a merced del disparador de mi antigua cámara de carrete. Nunca sospeché que fuéramos nosotros las presas que se cobraba por adelantado. Dejo aquí la vieja fotografía que le saqué.
Es curioso; me reconozco mejor en ella que a mí mismo en los retratos de mi infancia.


Ricardo García Nieto



jueves, 29 de mayo de 2014

NO SÉ SI LOS MUERTOS ME VISITAN

No sé si los muertos me visitan mientras duermo. Ni siquiera sé si merodean por mi inconsciente. No recuerdo mis sueños. Si los muertos entraran en ellos, jamás me enteraría. Sólo Dios sabe cuánto agradecería ser consciente del consejo que quizá ya me hayan dado.
Cuanto más liberado sea, tanto menos percibiré la pérdida. Quien venga a salvarme me quitará la angustia y la soledad. Y sin ellas no podré completarme.

Algo de arriba viene a mi encuentro y no doy ni un paso para acortar la distancia. Como casi todos, me entretengo con lo que no existe. Erosiono culturas y afectos. El reloj se paró hace tiempo, pero llegamos tarde mucho antes de que se detuviera.

Los políticos han sobrevivido a los héroes; los verdugos a los caballeros; los falsos profetas a los sabios. Seguimos respirando como peces fuera del agua, atrapados en una felicidad impuesta. Sin resolver lo de abajo y sin ir al encuentro con lo de arriba.

Creo que me iré. Y que lo haré muy lejos. A varios decenios de aquí. Más allá de la ventana, la luz se fatiga.


Ricardo García Nieto



sábado, 24 de mayo de 2014

ENANTIODROMÍA, BIPARTIDISMO Y NEUROSIS COLECTIVA

Cada persona está clavada sobre dos maderos: una sombra inconsciente (lo que detesta de sí mismo) y un yo idealizado y consciente (lo que aspira a ser). De esta crucifixión sólo se sale resucitando psicológicamente. Y a lo peor, una vida no es tiempo suficiente para hacerlo.
Como sociedad nos sucede lo mismo. La sombra –lo peor- se ha institucionalizado en los partidos políticos mayoritarios. Y nuestro ideal colectivo camina peligrosamente a la sórdida meta de ser cada vez más competitivos.
A una sociedad así sólo le queda resucitar.
Los partidos políticos mayoritarios tienden al totalitarismo lo mismo que los bueyes a la inexpresividad: a un despotismo interno como grupo y al señalamiento externo de quienes han de ser adiestrados por no conformarlo o de quienes han de ser inmovilizados por no dejarse adiestrar.
Estos partidos sustituyen las grandes ideas por maneras de gestionar los caudales públicos y se convierten en maquinarias insensibles al dolor ajeno. Esta insensibilidad se ve compensada por una mafiosa protección a los adeptos a sus siglas. Es imposible que sean adeptos a algo más: no lo hay.
Desde esa naturaleza, la monstruosa formación de militantes y líderes se esfuerza en advertir lo necesaria que es. Proyecta sobre el resto del género humano su ser imprescindible, que no es otra cosa que su miedo a desaparecer. Hace unos días un político declaraba que si su partido perdía las elecciones habría terribles consecuencias económicas. ¿Intimidación, amenaza o terror a perder el poder?
Una sociedad regida en alternancia por dos partidos políticos es idéntica a la regida por un partido único: padece la misma minusvalía moral.
Los dos partidos mayoritarios juegan a una falsa enantiodromía (del griego: "enantios", contrario, y "dromos", carrera), juegan a que los ciudadanos corran entre esos dos opuestos que representan. Los partidos mayoritarios, que hacen de su confrontación la única posible, propenden, en ese exclusivismo, a aliarse contra el resto. Y del mismo modo que el dios único tiene su propia revelación y profecía, tienen su plan para nuestras vidas: competir como individuos por un salario para consumir como termitas cuanto pongan a nuestro alcance.
A lo peor, también hacen falta muchas vidas sucesivas para salir de este infierno.
De la inducción a esta hipnosis colectiva sólo se puede salir con un ejercicio de enantiodromía verdadero, el de correr hacia lo opuesto, pero no dentro del bipartidismo, sino hacia fuera del mismo: desbancar a los partidos mayoritarios y acabar con esa aspiración a convertirnos en termitas.
El miedo y la rabia, frutos de la neurosis colectiva que padecemos, no nos sirven para correr hacia la libertad. Son cadenas en nuestros tobillos. La fundación de un nuevo ciclo precisa de una revolución individual que los disipe. Mientras no se produzca, los partidos mayoritarios apelarán precisamente al miedo y la rabia para alternarse en el poder.


Ricardo García Nieto

miércoles, 21 de mayo de 2014

GÉNESIS

Hizo su autorretrato y se vio a su imagen y semejanza. Lo fatal de aquel retrato fue que tenía vida propia y se volvió neurótico. Y se multiplicó. Y sus peores descendientes tomaron el poder.
No es que se nos haya fugado el alma de la noche a la mañana: me acosté con ella y me desperté desalmado. Es que nos han ido “desalmando” desde que nacimos.
Tenemos un problema con la cuestión de quiénes somos y quiénes nos han hecho creer que somos.
Cada vez que votamos elegimos mentiras.
Al héroe particular de cada cual le toca la tarea de salvarse de la enajenación impuesta: todo un viaje a las entrañas del monstruo.
Nos han metido en el vientre de una ballena… Y ni siquiera es nuestra ballena.


Ricardo García Nieto